Dieta SIBO: menú de ejemplo y alimentos recomendados


La alimentación es una de las herramientas más útiles para mejorar los síntomas del SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado). Aunque la dieta por sí sola no cura esta condición, sí puede ayudar a reducir la hinchazón, los gases y las digestiones pesadas, mejorando la calidad de vida durante el tratamiento.

En este artículo encontrarás una guía práctica de alimentos recomendados, alimentos a limitar y un menú de ejemplo adaptado a la dieta baja en FODMAP, el protocolo más utilizado en la fase inicial del SIBO.


¿Qué es la dieta SIBO?

Cuando hablamos de “dieta SIBO” nos referimos a un conjunto de pautas nutricionales diseñadas para disminuir la fermentación bacteriana en el intestino delgado.

La más conocida es la dieta baja en FODMAP, que consiste en reducir temporalmente los carbohidratos fermentables que alimentan en exceso a las bacterias.

Es importante entender que la dieta es una herramienta temporal. Seguirla demasiado tiempo puede empobrecer la microbiota y generar déficits nutricionales. Por eso, siempre debe realizarse bajo la supervisión de un profesional.


Alimentos recomendados en la dieta SIBO

En la fase inicial suelen recomendarse alimentos bajos en FODMAP y fáciles de digerir:

  • Proteínas: carnes blancas (pollo, pavo), pescado blanco y azul, huevos.

  • Verduras bajas en FODMAP: calabacín, zanahoria, pepino, espinacas, endibia...

  • Frutas permitidas en pequeñas raciones: fresas, arándanos, frambuesas, kiwi, melón, papaya piña.

  • Cereales sin gluten y tubérculos: arroz blanco, trigo sarraceno, mijo, teff, avena sin gluten, patata.

  • Grasas saludables: aceite de oliva virgen extra, aguacate en pequeñas cantidades, frutos secos permitidos (nueces, almendras, nuez de brasil, en raciones controladas).

  • Infusiones digestivas: manzanilla, menta, jengibre, cúrcuma, hinojo, reishi, kuzu, boldo...


Alimentos a limitar o evitar

Durante la fase de control de síntomas se aconseja reducir o eliminar:

  • Legumbres (lentejas, garbanzos, alubias).

  • Lácteos con lactosa.

  • Cebolla, ajo, coliflor, brócoli, repollo.

  • Frutas muy ricas en fructosa y/o sorbitol (coco, aguacate, mango, manzana, pera, sandía, melocotón, albaricoque…).

  • Edulcorantes como sorbitol, manitol, xilitol.

  • Alimentos ultraprocesados ricos en azúcares y aditivos.


Ejemplo de menú SIBO (3 días)

Para que tengas una referencia práctica, Júlia Bendle, nuestra coach de salud digestiva especializada en nutrición integrativa, propone este menú de ejemplo adaptado a una dieta baja en FODMAP.

Este plan es sólo orientativo y debe ajustarse a cada persona según el tipo de SIBO, las intolerancias individuales y la fase del tratamiento.

Día 1

  • Desayuno: tortilla francesa con espinacas + fresas.

  • Comida: arroz con calabacín y zanahoria salteados + filete de merluza al horno.

  • Cena: puré especiado de calabaza + pechuga de pollo a la plancha.

Día 2

  • Desayuno: yogur sin lactosa con arándanos, canela, semillas de chía y copos de trigo sarraceno.

  • Comida: ensalada de pepino y zanahoria + hamburguesa de pavo con patata asada prebiótica.

  • Cena: barquillos de calabacín rellenos de caballa, tomates cherry y gratinado con queso sin lactosa.

Día 3

  • Desayuno: Tostadas de trigo sarraceno con tahini, canela y plátano en rodajas.

  • Comida: mijo hervido con acelgas + salmón al horno.

  • Cena: sopa de caldo de huesos con fideos de arroz, calabacín y huevo poché.


Un enfoque integrativo de la dieta SIBO

En Intestia creemos que la alimentación no debe verse solo como una lista de alimentos prohibidos. El objetivo es:

  1. Aliviar los síntomas en la fase aguda.

  2. Restaurar la función intestinal y la microbiota.

  3. Reintroducir alimentos poco a poco para recuperar variedad y flexibilidad en la dieta.

  4. Acompañar siempre con otras estrategias: tratamiento médico, fitoterapia, manejo del estrés y descanso adecuado.


Conclusiones

La dieta para SIBO puede ser de gran ayuda para mejorar la hinchazón y los gases, pero no debe convertirse en una restricción prolongada ni única vía de tratamiento.

Un plan nutricional integrativo y personalizado permite no solo calmar los síntomas, sino también recuperar la salud digestiva a largo plazo.

En Intestia te acompañamos en este proceso con un equipo multidisciplinar que entiende tu situación y diseña la estrategia más adecuada para ti.