Test de intolerancias alimentarias: cuáles sirven y cuáles no
Cada vez más personas buscan respuestas a sus problemas digestivos en los test de intolerancias alimentarias. La oferta es enorme: desde análisis médicos hasta pruebas comerciales que prometen detectar cientos de alimentos “problemáticos”.
Pero… ¿realmente funcionan todos? En este artículo aclaramos cuáles son los test validados científicamente, cuáles no tienen evidencia, y cómo interpretarlos dentro de un enfoque integrativo de salud digestiva.
¿Qué es un test de intolerancias alimentarias?
Un test de intolerancias alimentarias es una prueba que busca identificar la dificultad del organismo para digerir o absorber ciertos alimentos o compuestos.
No todas las pruebas son iguales: algunas tienen respaldo científico y se usan en hospitales y clínicas digestivas, mientras que otras no cuentan con evidencia y pueden llevar a diagnósticos erróneos.
Test de intolerancias con evidencia científica
Estos son los test que sí sirven para diagnosticar intolerancias alimentarias:
Test de aliento
Se usan para detectar intolerancia a la lactosa, fructosa y sorbitol.
Funcionan midiendo los gases (hidrógeno y metano) producidos en el aliento tras ingerir un azúcar específico.
Son pruebas simples, no invasivas y bastante fiables.
Prueba genética
En el caso de la intolerancia a la lactosa, se pueden analizar variantes genéticas que predisponen a la falta de lactasa.
Es útil para confirmar intolerancia primaria (de base genética).
Prueba de DAO e histamina
En sospecha de intolerancia a la histamina, algunos laboratorios miden la actividad de la enzima DAO en sangre.
No es definitiva, pero puede aportar información complementaria.
Test de intolerancias sin evidencia científica
Existen pruebas muy comercializadas que no cuentan con respaldo científico y que pueden generar falsas intolerancias:
Test IgG frente a alimentos
Estos análisis miden anticuerpos IgG4 en sangre.
Lo que reflejan en realidad es exposición normal a los alimentos, no intolerancia.
No se recomienda utilizarlos como criterio diagnóstico.
Biorresonancia u otros métodos alternativos
No tienen base científica ni validez diagnóstica.
Pueden generar restricciones innecesarias en la dieta.
👉 El riesgo de estas pruebas es que muchas personas eliminan alimentos de manera innecesaria, aumentando el riesgo de déficits nutricionales y empeorando su relación con la comida.
Cómo interpretar un test de intolerancias
Hacerse un test es solo una parte del proceso. Lo importante es:
Que lo indique un profesional sanitario en función de los síntomas.
Que se utilicen pruebas validadas según la sospecha clínica.
Que los resultados se interpreten junto con la historia clínica, los síntomas y otros factores de salud intestinal.
En Intestia creemos que los test son una herramienta, pero nunca sustituyen a la valoración profesional y al abordaje integrativo de cada caso.
¿Qué hacer si sospechas de una intolerancia?
No te automediques ni elimines alimentos sin orientación.
Consulta con un digestólogo, nutricionista integrativo o médico especializado.
Si el test confirma la intolerancia, el abordaje debe incluir:
Adaptación dietética individualizada.
Cuidado de la microbiota intestinal.
Revisión de factores de estilo de vida que influyen en la digestión (estrés, descanso, ritmo de comidas).
Conclusión
Los test de intolerancias alimentarias pueden ser muy útiles, siempre que sean fiables y validados. Evitar pruebas sin evidencia científica es clave para no caer en dietas innecesariamente restrictivas.
En Intestia te acompañamos a entender tus síntomas, elegir las pruebas adecuadas y diseñar un plan integrativo para mejorar tu salud digestiva.

